miércoles, 8 de abril de 2015

“EL IMPOSTERGABLE COMPROMISO CON LA POLÍTICA."

Como todos sabemos, la política  es una herramienta  relativa al ordenamiento de la ciudad o los asuntos del ciudadano;  figura como un mecanismo de interacción de la sociedad para organizarse. Su importancia es equivalente a la historia; es decir, la política es parte intrínseca de la vida misma de  cada  ciudadano.

Evaluándola con objetividad y criterio histórico, la política ha estado atada a las clases económicamente acomodadas, las cuales por sus condiciones económicas, tenían acceso a la cultura, el arte, la educación, entre otros elementos fundamentales del concepto mismo de política.

Lo económico es esencial y determinante en el desarrollo político y social de los pueblos;  por esto,  las clases dominantes  (Empresarios, grandes industriales, dueños de medios de producción, jerarquías episcopales, la iglesia  y medios de comunicación) siempre han influido categóricamente en la política y sus orientaciones ideológicas lo cual se refleja siempre, en su sistema de valores, es decir, “la conciencia de las masas”.

El desarrollo del sistema global capitalista generó contradicciones internas que resultaron en una nueva fase denominada “Imperialismo”; mecanismo aplicado por los países “Desarrollados” a expensas de la subyugación y saqueo de los recursos minerales de los pueblos ajenos a su territorio;  todo con el fin de sostener el dominio económico a escala mundial bajo la prebenda de la ley del más fuerte y el libre mercado.

El encarecimiento de los países subdesarrollados a consecuencia del imperialismo, alejó más aun a las masas y las dejó desprovistas de cualquier motivación e interés político por varios años, puesto que en su sistema de valores se dejó inscrita la política como un factor irrelevante e inconcluso para resolver sus necesidades primarias.

Con la llegada de los movimientos de izquierda y la experiencia de la revolución cubana,  se vislumbra una luz al final del túnel. En nuestra nación, particularmente, se originó un huracán revolucionario que despertó inmediatamente la necesidad insoslayable de hacer política verdadera. 

Los avances en el período gubernamental del presidente Hugo Chávez son innegables, los mismos dejaron huellas inmutables en el desarrollo y percepción de la política en todos los sectores de la ciudadanía venezolana. Sin, embargo aún las masas cargan con el remanente ideológico del viejo orden político instaurado en el país por más de 40 años y  además transporta un nuevo cúmulo de incoherencias abstractas, generadas en estos últimos 15 años de gobierno, en los que también se han desarrollado nuevos fenómenos que entorpecen el tránsito al Socialismo.

El abordaje con tal grado de menudencia y simplismo de temas relevantes del país, por parte de la dirigencia ha generado un arsenal de argumentaciones carentes de solidez y  profundidad teórica. En el partido y el núcleo de la sociedad se libran debates grotescos y vulgares de asuntos de transcendencia incalculable para la nación, todo esto resulta en un estancamiento de las ideas coherentes, en  el debacle de los debates de altura y la descomposición moral del orden. (En resultados claros, la regresión a la politiquería).

El desorden ideológico y la ligereza espiritual con la que se compone la formación de la militancia revolucionaria, ha generado desconfianza bien ganada en el pueblo y ha permeado un gran grupo de organizaciones necesarias y trascendentales del proceso. Por consiguiente, aquellas capas medias, parcialmente confundidas o acostumbradas al viejo orden, cada vez  se distancian más de la posibilidad de cambiar su perspectiva o su posición política. Cabe destacar que las capas anteriormente analizadas no se componen necesariamente de sectores clases media, burgueses, hijos de burgueses o comerciantes, éstas también están compuestas por sectores populares, barriadas,  buhoneros y  trabajadores.

 Sería insensato negar la guerra psicológica a la cual se ve sometida  esta porción de la sociedad por los medios  de comunicación masivos, PERO sería más irresponsable, anti ético y anti revolucionario obviar los descomunales hechos de corrupción y la demagogia en la  flotan algunos dirigentes del proceso.

La regresión acelerada a la lógica capitalista, el engordamiento del Estado CORRUPTO-BURGUÉS, la desatención a las comunas y  la bufonería política  está poniendo cerco a los avances que se estaban produciendo en la política del país.   

Hoy más que nunca La ciudadanía venezolana está obligada a comprometerse políticamente, ha asumir con seriedad las coyunturas y analizar  profundamente los hechos suscitados en la nación.

Cada uno de los venezolanos somos sujetos de transformación social, lo que nos hace políticos innatos.  Estudiar, practicar y evaluar con objetividad es la base para trascender  y conseguir una sociedad más justa y organizada.  

"Y si alguna de las cosas que decimos las explota el enemigo y nos producen profunda vergüenza, ¡bienvenida sea la vergüenza!... ¡bienvenida sea la pena!, si sabemos convertir la vergüenza en fuerza, si sabemos convertir la vergüenza en espíritu de trabajo, si sabemos convertir la vergüenza en dignidad, si sabemos convertir la vergüenza en moral".
Fidel Castro Ruz.
Enrique Cabrera.
FPLN.



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