Mientras la gente pelea, en los automercados, por conseguir harina pan, pollo, carne, arroz, aceite y papel higiénico. Mientras el Gobierno lucha por demostrar que, en esta Guerra, el culpable no es él. Los banqueros venezolanos Víctor Vargas y Juan Carlos Escotet, incrementan sus fortunas millonarias.
Banesco, de Escotet primero compra el Banco Etcheverría y, con esta institución, posteriormente, se presenta en España, en una subasta donde adquiere el Novagalicia Banco (NCG). Banesco ofreció la sorprendente suma de 3 mil millones de euros, que sacó de competencia a -nada más y nada menos- tres gigantes bancarios: el Grupo Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), el Caixabank y el Santander.
El gobierno revolucionario, que jura defender la Patria, contra los monopolios y la especulación, no ha podido evitar que el capital financiero especulativo fugue dólares, y compre empresas y bancos en Europa.
La Superintendencia de Bancos (SUDEBAN), con autorización de su Ministerio de Adscripción (Finanzas), contribuye a que se le pase por encima al artículo constitucional contra los monopolios, permitiendo que el nuevo Amo de Venezuela, Víctor Vargas Irausquín, logre felizmente la adquisición y la fusión entre el Banco Occidental de Descuento y Corp Banca.
Tendríamos que estar orgullosos, porque ahora además de pilotos de Fórmula 1, peloteros de grandes ligas, y directores de orquestas sinfónicas, todos de talla internacional, estamos conquistando al mundo con banqueros multimillonarios. Memorias del Subdesarrollo petrolero y rentista.
El capital productivo venezolano no se queda atrás ante la exuberancia del capital financiero venezolano. En respuesta pública, a la arremetida verbal del Gobierno, el dueño de Empresas Polar –Lorenzo Mendoza- le muestra, en una mesa, el resultado productivo de su patriótica labor monopólica[1]. Nunca Alimentos Polar había expandido tanto su producción, como en este período revolucionario. De hecho, en la rueda de prensa donde pretendió humillar al “improductivo, mentiroso e ineficiente” socialismo, sentenció que: contrario a lo que afirmaba el Gobierno, que Empresas Polar estaba operando por debajo de la capacidad utilizada para contribuir con el desabastecimiento, la producción había aumentado en un 10%. Uno no sabe cuál de las versiones es más preocupante, si el peine que le lanzaron al gobierno donde le informaron que Polar estaba trabajando a media marcha, o que el PIB del Grupo Polar es el único PIB que no ha caído, junto con el de los bancos, durante este periodo revolucionario.
Puede ser que la versión del capitalista Lorenzo Mendoza, sea la verdadera: que su producción está boyante, a plena máquina. Y esto es posible, por dos sencillas razones. Primero porque este actual proceso revolucionario es la primera experiencia de construcción socialista, en la historia mundial del socialismo, cuya dirigencia desprecia la necesidad de construir un sistema estadístico técnicamente implacable. Y para muestra un botón: el PIB agrícola no existe porque hemos sido incapaces de rescatar el sistema estadístico agrícola que el neoliberalismo desmontó en los noventa. Por tanto, el Gobierno no debe tener claro las estadísticas de La Polar, su producción y sus inventarios…así como no tiene muy claro las estadísticas de ninguna otra empresa.
Segundo porque, La Polar ha sabido aprovechar una demanda de sus productos casi inelástica. Como “hay desabastecimiento”, la compra de paquetes de Harina Pan por persona debe haberse multiplicado exponencialmente. ¿Cuántos capitalistas desearían tener tal mercado cautivo con unos consumidores aterrorizados y con capacidad de compra de cualquier cantidad de mercancías?.
La internacionalización comercial también le permite, a La Polar, colocar sus productos en Colombia y Miami. De esta forma, productiva y eficiente, Lorenzo Mendoza sube peldaños en los ranking que hacen las revistas especializadas en mostrar a los más ricos del mundo y Latinoamérica.
En las narices del Estado Socialista, Alimentos Polar invade el mercado con un Yogurt que no parece Yogurt. El Gobierno no impide que el excelente Yogurt de la empresa socialista Lácteos Los Andes, sea ahogada por la competencia monopólica, por Migurt[2].
Sería bueno que el equipo económico se documente en historia económica, para conocer cómo la industria capitalista actual es, en gran parte, resultado de la protección de su industria nacional. Hay que leer a Marx, a Harvey, a Mézaros, a Dussel…pero también a Friedrich List, para comprender que no se puede desarrollar la industria nacional si se convierte al país en un importador y si se le abren los brazos incondicionalmente a la inversión extranjera.
Por la gran confusión y despelote que vamos, ahogando los pocos ensayos de industrialización socialista, terminaremos abriendo cuentas en dólares en el Banco de Venezuela, para importar…petróleo!
Hay desabastecimiento, hay acaparamiento y el BCV se queda sin dólares. Este es el único gobierno donde los responsables de las Finanzas no le advierten al Presidente de la República que, sin dólares, la fantasía se estrella con la realidad. Las reservas operativas están a niveles de sequía y apagón.
El fin de año, el gobierno mandó dos funcionarios para Nueva York en busca de unos centavos[3]. Son recibidos por los zamuritos de Goldman Sachs, que como Pedro Navaja, sonríen y el diente de oro se les ve brillar.
Los Amos del Valle nadan en dólares o en euros. “Nada se pierde todo se transforma”…especialmente los billetes verdes de la renta petrolera.
Por: Melquiadez Iguarán
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