Siempre que una Revolución gira hacia la derecha, hacia la
restauración, aparece el llamado a la unidad y la convocatoria a la disciplina
inconscientes, sin cuestionamientos. Lo anterior no es una afirmación nuestra,
la historia lo certifica. Veamos.
En China el deslizamiento hacia el capitalismo fue más
dramático. El partido comunista se transformó en partido capitalista, todo
dentro de la mayor disciplina y desparpajo: en su último congreso, declaran ya,
sin ninguna vergüenza, que el capitalismo engulló a los vestigios socialistas.
La unidad sin límites, además de difuminar la ideología que
sustenta un proceso, sirve como justificación para truncar una discusión. Así,
al tomar la discrepancia como conspiración y las alertas como ayuda al enemigo,
se protege el deslizamiento a la derecha, al capitalismo, se impide el balance
de lo que se ha hecho, el corregir desviaciones.
Podemos decir que en el fondo de la caída de una Revolución
siempre está una mala práctica en la discusión, una persecución de las ideas. Y
podemos decir que los grandes líderes revolucionarios han sido siempre grandes
críticos y grandes autocríticos.
Al primero de ellos, Chávez, nunca se le ocurrió calificar
la crítica de intriga, menos de ayuda al enemigo. Al contrario, tenía a la
crítica como preciado instrumento revolucionario. Esta Revolución nuestra nace
de una profunda autocritica, o qué es el “Por ahora”.
Lenín nos da una lección cuando se opone a Kerensky y pare la Revolución de Octubre.
No cayó en el chantaje de la unidad para evitar el regreso de la monarquía,
detectó la trampa de la unidad con la burguesía y avanzó hacia la Revolución.
El pacto de punto fijo nace de una unidad boba. El hecho es
reconocido por Fabricio en su carta de despedida al Congreso. La unidad que
sirvió para derrotar a la dictadura de Pérez Jiménez, cuando se prolonga más
allá del 23 de Enero, nos sumergió en la dictadura del pacto de punto fijo. La
derecha interna de la
Revolución , que postuló esa alianza con los partidos
socialdemócratas, terminó saltando la talanquera, absorbida por el sistema
capitalista, hoy están sentados cómodos en la mesa de la unidad.
Es así, la unidad usada sin fronteras, sin contenidos, la
unidad por la unidad, es contrarrevolucionaria. ¿Cuál sería el destino de la Revolución Cubana ,
si Fidel permanece “unido”, respetando la disciplina y la unidad dentro del
partido ortodoxo, o en un frente contra batista, junto a prío? ¿Cuál sería
nuestra historia, si Fabricio sigue “unido” y disciplinado dentro del partido
urd, o subordinado a la dirección de derecha del pcv? ¿Cuál sería la historia
de la Revolución
Soviética , si Lenin se somete a la unidad de su partido que
estaba de acuerdo en la colaboración con Kerensky?
Nosotros estamos con el Presidente Maduro Moros, que nadie
dude, pero preservando nuestro derecho y nuestro deber de discutir, de decir,
sin más intención que colaborar para que esta Revolución no se pierda. Y lo
hacemos así, porque entendemos que sin discusión la Revolución no tiene
futuro. O mejor, la
Revolución tendrá la calidad de su discusión.
Sentimos que criticar es amar, que quien no critica no
ayuda, y que la mejor ayuda al enemigo es ocultar nuestros errores… Sospéchese
de quien no critique.
Por Toby Valderrama y Antonio Aponte
¡Viva Chávez y su legado original: el Socialismo!
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