Quisiera hacer unos aportes muy puntuales a las legítimas denuncias realizadas recientemente en el portal web aporrea.org, y en especial a las realizadas por el amigo Carlos Sánchez (Socialismo devaluado: http://www.aporrea.org/ideologia/a180662.html y Socialismo devaluado II: http://www.aporrea.org/ideologia/a180516.html), en torno de las medidas económicas recientemente tomadas por el Gobierno Nacional.
A) Sin duda, claro que hubo una devaluación, y el gobierno incluso no lo ha desmentido. Tomó las medidas "porque eran necesarias" y "porque ellos no iban a caer en chantajes de nadie", sin más. A excepción de Maduro que la había descartado un día antes.
Pero es importante aclarar que la devaluación no es para importación, pila con eso. Ningún aumento de precios se justifica; cupos viajeros, remesas familiares y líneas aéreas es lo anunciado para SICAD. No hay justificación para aumentos de precios, y hay que tener cuidado con justificarlos nosotros mismos por no criticar ese punto en su justa dimensión.
B) No cabe duda que los desequilibrios económicos estructurales de nuestra economía eran insostenibles, se agotaron; había que tomar medidas radicales y una reestructuración, para "un nuevo orden". La cosa es cómo, con qué orientación y marco ideológico: el que se está tomando no es precisamente revolucionario (presuntamente pactando préstamos con el gran capital financiero, incentivando y facilitando la inversión de éste, tomando medidas antipopulares en materia cambiaria y con el inminente aumento de la gasolina, etc...). Los primeros condicionamientos (del capital internacional, sobremanera el chino) ya se asoman: se viene una serie de medidas legales y económicas para facilitar e incentivar una masiva inversión de capitales (¿liberalización económica?) exteriores e interiores en nombre del "Plan de Desarrollo" anunciado por Maduro. ¿Pero desarrollo en qué términos? La colonización es cómplice del capitalismo y del capital.
Lo próximo que se viene es el aumento de la gasolina. El último punto de este cuadro de reestructuración económica. Ya para el inicio del primer Congreso ordinaria del PSUV es posible que la clara orientación de derecha en materia económica contraste con la parafernalia y la alharaca revolucionaria en un discurso precario y ambiguo. No sólo estamos cometiendo los errores de la URSS, sino también los de la República Popular China.
El discurso de Maduro (en la AN) con esa serie de elementos revolucionario no tienen concreticidad, son aderezos para edulcorar estas medidas que anclan y se abraza al capital nacional e internacional como nunca antes en la Revolución Bolivariana. Si de lo que se trata es de defender el legado de Chávez, éste no dijo eso, en el programa de la patria lo dejó clarito: la revolución Bolivariana tiene la tarea de acabar, paulatinamente pero sin aminorar el paso, con la lógica del capital.
En suma, amigo Carlos, la gran angustia no es la micro-devaluación en sí, aislada, ni las demás medidas en materia cambiaria anunciadas por el gobierno; la gran angustia que debe ponernos al frente con una crítica implacable pero lúcida es ¿estamos ante un ajuste estructural al mismísimo estilo del neoliberalismo? En otras palabras, ¿El gobierno -con su nomenclatura bolivariana y corrupta, al estilo de la URSS- ha abortado el camino revolucionario, para blindar las relaciones de poder y sus privilegios burocráticos existentes, mientras la burguesía criolla y el capital internacional se frotan las manos?
La última esperanza para que se dé un “golpe de timón” a lo interno del gobierno, y dar una verdadera revolución dentro de la revolución, es en el primer Congreso ordinario del PSUV, al que Maduro convocó al chavismo "para dar un gran debate crítico en la construcción del socialismo venezolano".Si allí la "cogollocracia" rojita activa sus mecanismos de defensa (como contra Tascón), aplastando la crítica en nombre de una disciplina a su conveniencia, y no pasa nada ni se reflexiona seriamente sobre el giro hacia la derecha, este proyecto histórico se lo habrá tragado la burocracia.
El 2014 es el año para evitarlo sin miedo y con convicción, por medio de la crítica individual pero sobre todo de la organización colectiva y movilización crítica/autónoma; como diría Alí, NO es el año “para andar perfumando mierda”. Y, en todo caso, como dijo el diputado Tascón, tampoco necesitamos ser militantes del PSUV para ser revolucionario y defender el legado radicalmente revolucionario (léase bien: radicalmente revolucionario, no reformista) de Chávez
.Por: Valentina Frías
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