Éstas no son unas elecciones tradicionales, son la continuación de un plan golpista que tiene su antecedente más inmediato en el asesinato de Chávez. Luego del magnicidio, la orden que vino del norte fue no dejar estabilizar a la sociedad, plantear un antagonismo que hiciera inviable al país, que arrodillara a la Revolución.
Siguiendo esas instrucciones del norte, no reconocen al presidente Maduro, al CNE, al Tribunal Supremo, a la Asamblea Nacional. Crearon, tienen de hecho, un gobierno paralelo. Esa es la realidad, estamos frente a una insurrección sorda, que aún no presenta los síntomas mediáticos. La oligarquía se colocó fuera de la legalidad, no acepta soluciones dentro de ella. Se les tendió la mano, se habló con la burguesía, se hicieron planes conjuntos, se les llama a que inviertan, se convoca a sus presuntos sectores democráticos y no hay manera de que se aparten del golpismo, la única solución posible es la entrega de la Revolución.
Pérdida de tiempo es pensar que reconocerán su derrota, no lo harán el 8 ni en el referéndum, lo único que aceptan es la caída del gobierno. Nos atacan en dos frentes:
Por un lado nos desgastan en el terreno de las elecciones burguesas. Allí nos obligan a un comportamiento clientelar propio de estos eventos, de esta manera perdemos tiempo de crear conciencia socialista, al contrario, se nos obliga a impulsar el egoísmo, base de la oligarquía. Nos debilitamos nosotros mismos, esperando que ellos respeten las reglas del "juego democrático".
Simultáneamente preparan un golpe. Así, si no nos agarra el chingo nos agarra el sin nariz, lo que ocurra primero. Es el cepo burgués que tan buenos resultados les ha dado en el mundo cuando la Revolución peca de socialdemócrata, de reformista, allí están los ejemplos de Nicaragua y de Chile.
Con motivo de las elecciones del 8 se presenta con claridad la situación de confrontación: vamos a unas elecciones que, en el papel, son municipales, pero que los oligarcas, en la práctica, siguiendo las instrucciones de impedir estabilización, convirtieron en un plebiscito.
El gobierno paralelo oligarca tiene su propio "cne" oligarca, que no aparece, pero actúa, ya tiene los resultados del 8. La burguesía no reconocerá los resultados del CNE legítimo, a menos que coincidan con los de su propio "cne", que será el que consolide los números totales, en una elección que es municipal y donde no se decide la suerte de la Presidencia de la República. Entonces, el voto es por la alcaldía, transformarlo en un voto por la Presidencia es un engaño al pueblo, es golpismo.
La oligarquía se mueve sobre el 8, ya se ha puesto al margen de las elecciones, el 8 sólo es excusa para, por medio de la violencia de su aparato armado, justificada en proteger su supuesto triunfo, sumergirnos en una turbulencia que justifique la estocada final.
El Gobierno Revolucionario sale al frente y, de forma muy clara, dice:
Llueva, truene o relampaguee en Venezuela hay elecciones, este pueblo tiene derecho a salir a votar. No lo va a parar nadie, que el pueblo decida, nosotros confiamos en el pueblo.
Que el pueblo decida lo que se le está pidiendo que decida: que elija a sus alcaldes.
Agrega el Presidente Maduro, sobre el plan oligarca:
No van a reconocer los resultados de las elecciones, está cantado, lo dice el parásito de Miranda, que el 14 de abril nuestro pueblo hizo trampa.
No van a reconocer sino el ilegal plebiscito que ellos "ganarían" con sus resultados.
Informa el presidente Maduro sobre los 335 observatorios de paz preparados para el 8:
Estarán ojo pelao y el primero que salga a desconocer elecciones e intentar crear violencia y quemar va a ponérsele los ganchos y va a pagar caro su intento de violentar al país.
Cada observatorio de paz estará constituido por funcionarios del Poder Electoral, del Plan República, policías municipales, la Fiscalía General de la República y de la Defensoría del Pueblo, además del poder popular organizado.
Respaldamos plenamente esta posición del Gobierno, es el camino correcto para que el Estado Revolucionario se defienda y enfrente la agresión.
Esta actitud debería ser ejemplo para el Gran Polo Patriótico, para el PSUV, para las comunas y los consejos comunales, los colectivos, la Clase Obrera, todos conscientes de su papel histórico.
Los medios nuestros deben alertar, informar a la masa de lo que está en juego. La consigna de la Revolución debe ser: ¡Ganar el 8 y ganar después del 8!
Es decir, ganar en el terreno oligarca y luego impulsar y defender el Socialismo.
Por Toby Valderrama y Antonio Aponte
vISITA: http://www.elaradoyelmar.tv/
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