Cuando el camarada Lenin se refería a que “la revolución no se hace, sino que se organiza”, más enfático y perspicaz no pudo haber sido. El transito al socialismo es un proceso complejo donde inevitablemente surgirán infinidades de contradicciones políticas, sociales y económicas, las cuales si avecinan sin la existencia de un aparato organizativo aglutinado entre masa y gobierno, la toma decisiones no determinara la solución concreta y contundente ante las seducciones del sistema capitalista. Nuestro proceso se encuentra en un periodo inestable por algunos desaciertos en cuanto a las políticas de formación que aseguren la “Construcción del hombre y la mujer nueva” del que tanto hablaba el Che, además del comportamiento apatrido y parasitario del sector privado al cual se les tendió la mano y mordieron al pueblo. En 1962 los camaradas cubanos enfrentaron diferentes obstáculos de los que vale la pena citar un escrito de Ernesto describiendo los acontecimientos” El Estado se equivoca a veces. Cuando una de esas equivocaciones se produce, se nota una disminución del entusiasmo colectivo por efectos de una disminución cuantitativa de cada uno de los elementos que la forman, y el trabajo se paraliza hasta quedar reducido a magnitudes insignificantes; es el instante de rectificar”. Indiscutiblemente estamos en un momento de rectificación que comanda nuestro camarada Nicolás Maduro, a la prueba está la solicitud de una ley habilitante para luchar contra la corrupción tanto del fascismo amarillo como de la derecha roja infiltrada en nuestras filas. Del pueblo patriótico y revolucionario depende el condicionamiento de una etapa superior socialista.
PUEBLO A LA CALLE, COMUNA O NADA. PATRIA SOCIALISMO O MUERTE CARAJO.
Por Damasco Gutiérrez.
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